de esa cosa que se mueve en las manos.
Ya sabes que la fuente de la vida
es una simple eyaculación, no pierdas tu tiempo.
Si supieras que vivo enamorado
hasta de tu sombra, te cortarías las manos.
El tiempo no se pierde, nos encuentra.
Calla, un manco toca la puerta al corazón,
jamás nadie abre no hay nadie dentro.
¿Recuerdas ayer?
Por supuesto, ya sabía caminar y escupía la comida,
me di cuenta que la soledad le basta a los imbéciles
y la que la gente se rodea de telarañas
para colgarse a morir en lo alto.
(El cuerpo tiembla apara sus adentros,
hay un escorpión en su memoria
y una bala es lanzada al aire a morir perdida)
No te pongas romántico,
que si yo tuviera tu edad ya me habría suicidado
por vivir más de lo debido.
El dramático de siempre,
nunca cambias, así no te suicidarás jamás.
Ignorales, que se traguen a parábolas
hablemos de tus manos
y el sentido de tu vida
si tocan mi cuerpo.
¡Necesito café!
Y yo alas para llegar a la Luna.
(Una sombra lo abraza tan fuerte que lo deja inmóvil)
(Suenan las campanas, dios le dice a su amo que escupa al sol)
¡Detengan el reloj, no dejemos que amanezca!
A veces cuando respiro siento los colores,
cierro los ojos para ver el mar
pero solo hay oscuridad.
Ojalá me hubiera atrevido a verla a los ojos,
igual no cambia nada, pero hubiera valido la pena.
Y así como todos los recuerdos nos vamos, todos hacia el olvido.
(Abrió la palma de su mano, se movía pero lo metió a su jaula).
© Ulises Casal
No hay comentarios:
Publicar un comentario