Hay noches que se guardan para nosotros,
en alguno de tus pliegues o en mis manos sobre ellos,
o atravesando el cielo
donde se mueven tus lunares por todo mi cuerpo,
tu cielo que es la piel donde me estremezco;
ya sea en tu pecho donde me recargo a ver tus estrellas
o la cara de la Luna que me muestras cuando te veo.
Muevo el aire a la conveniencia de nuestros besos,
obras de arte que se hacen con los labios
para no perder la esperanza de nuestro mundo.
Quiero ivernar entre tus piernas
(sentir tu suave y majestuosa desnudez,
como la lírica más precisa
que pueda pronunciar un verso
que no sale de nuestros ojos
mientras nos quedamos quietos)
el sabor que han fabricado mis colmenas,
la miel que se desprende de ti para sudarme,
el néctar de tu ser,
el sudor extraviado de nuestros sentidos desorbitados.
Amo que me pierdas en tu cabello
y que en el paso de mis sensaciones
me tope con los hermosos pensamientos
que tatúas con tu voz en el crepúsculo de nuestros gestos.
¿Me devoras?
Justo ahora llévame a ti para bientocarme,
a saborearme luces que salen de nosotros
como una misma luz,
que no se guarda para los amaneceres o los secretos;
llévame a algún lugar para desnudarnos
con la boca, con los muslos, con los ojos
y con aquella poesía que se me antoja comer a besos
o a palabras que ahora lees,
o a sentimientos que ahora vibran,
palpitando como el magnetismo de los fuegos imantados;
los incendios que nos consumen en caricias,
en momentos donde no nos importa quemar todo el mundo.
Amo los sentimientos que nos rodean...
¡Te amo a pesar de todo!
¡Amo lo nuestro!
¡Te amo!
© Ulises Casal
Luna morbida
![Luna morbida](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg4Kjbe8zwndVxPWQZqbOFrWR6KiPBC9kotFvCmDm-ak7U8-aEJ5Ikh2eVB36uvDo1Agf8lmWUZzA3y21ZhmF7oLmRrWup-glANmrAhIvpM16BGe1jE_99fTGVvRehVrOW-4491HXJHTin/s758/Luna+morbida.png)
domingo, 15 de julio de 2012
miércoles, 11 de julio de 2012
Mi(e) regalo
Te regalo una sonrisa;
cuélgala en la pared de tu memoria.
Te regalo un abrazo
para que lo pongas sobre tu almohada.
Te doy cuatro letras
para que conquistes el cielo;
colócalas entre tu nombre.
Y te doy palabras dulces
para que las comas en silencio.
Toma mi locura como
tu reloj y pulso;
te ofrezco mi razón
para que la busques en tu frente.
Te regalo un beso
escondido en tu brillo labial.
Toma mi regalo, míralo a los ojos.
Quisiera que tomaras mis pasos
y los siguieras para que me encuentres.
No tengo nada más que darte:
!mis alas, mi alma, mi locura¡
Te regalo mi Luna
para que te reflejes en ella.
Te doy mi corazón envuelto en piel y sangre:
procura ponerlo junto al tuyo.
Lleva un moño enrollado de mis manos
para que lo quites con las tuyas;
y va adornado de caricias
para que las deslices en tu pelo.
Toma mis ojos como espejo,
mira a través de ellos.
Tira la envoltura del amigo
recibe como regalo un te amo.
© Ulises Casal
cuélgala en la pared de tu memoria.
Te regalo un abrazo
para que lo pongas sobre tu almohada.
Te doy cuatro letras
para que conquistes el cielo;
colócalas entre tu nombre.
Y te doy palabras dulces
para que las comas en silencio.
Toma mi locura como
tu reloj y pulso;
te ofrezco mi razón
para que la busques en tu frente.
Te regalo un beso
escondido en tu brillo labial.
Toma mi regalo, míralo a los ojos.
Quisiera que tomaras mis pasos
y los siguieras para que me encuentres.
No tengo nada más que darte:
!mis alas, mi alma, mi locura¡
Te regalo mi Luna
para que te reflejes en ella.
Te doy mi corazón envuelto en piel y sangre:
procura ponerlo junto al tuyo.
Lleva un moño enrollado de mis manos
para que lo quites con las tuyas;
y va adornado de caricias
para que las deslices en tu pelo.
Toma mis ojos como espejo,
mira a través de ellos.
Tira la envoltura del amigo
recibe como regalo un te amo.
© Ulises Casal
martes, 10 de julio de 2012
Nacer
Nace la vida de un sueño tuyo.
Nace mi vida de tu lágrima roja.
Nazco de tu fe, tu lástima y orgullo.
Nazco cuando tu lágrima a mi piel moja.
Nazco de una cicatriz que quema
como quema el rencor cuando cae el ocaso,
nazco de tu prendedor, de tu diadema,
Nazco del perdido recuerdo de tu abrazo.
Nazco de la noche sucia de nubes,
de la Luna reflejada en tu ojos
nazco de la espina que en tu pecho cubres
de la melancolía, de tus labios rojos.
Nacemos de las miradas ajenas
nacemos del suspiro y del calor,
nacemos de tus arterias y mis venas
de las estrellas, el barro y el amor.
Naces de tu puerta entrecerrada,
naces del viento que ayer perdí,
naces de mi mirada enamorada,
naces cuando muero, naces para mí.
© Ulises Casal
Nace mi vida de tu lágrima roja.
Nazco de tu fe, tu lástima y orgullo.
Nazco cuando tu lágrima a mi piel moja.
Nazco de una cicatriz que quema
como quema el rencor cuando cae el ocaso,
nazco de tu prendedor, de tu diadema,
Nazco del perdido recuerdo de tu abrazo.
Nazco de la noche sucia de nubes,
de la Luna reflejada en tu ojos
nazco de la espina que en tu pecho cubres
de la melancolía, de tus labios rojos.
Nacemos de las miradas ajenas
nacemos del suspiro y del calor,
nacemos de tus arterias y mis venas
de las estrellas, el barro y el amor.
Naces de tu puerta entrecerrada,
naces del viento que ayer perdí,
naces de mi mirada enamorada,
naces cuando muero, naces para mí.
© Ulises Casal
Ser
Eres -junto con dios- lo que más envidio.
Eres un trozo de paraíso en mi memoria,
eres quien me altera al borde del suicidio,
eres mi tiempo, mi consciencia, mi historia.
Eres el poema perfecto jamás escrito
las letras en tu piel son perfectas a tu figura.
Eres mi pluma, mi testigo, mi delito,
hermoso es tu sentir, perfecta tu envoltura.
Eres el tapiz nocturno de la Luna,
la cascara del cielo está en tus labios.
El refugio del molde de las dunas,
eso eres, en mis dedos extraños.
Somos un cuerpo con dos pieles.
Tu contorno fue hecho con mi boca,
tu color pintado con mis pinceles,
tus huesos fueron hechos de mi roca.
Soy la elegancia en tu pelo,
el prendedor que llevas siempre,
soy tu deseo, tristeza y anhelo,
soy tu memoria de noviembre.
Soy tu pasado y tu presente,
soy tu futuro y tu codicia,
el brillo de tus ojos, tu amante ausente,
el único mortal que dios envidia.
© Ulises Casal
Eres un trozo de paraíso en mi memoria,
eres quien me altera al borde del suicidio,
eres mi tiempo, mi consciencia, mi historia.
Eres el poema perfecto jamás escrito
las letras en tu piel son perfectas a tu figura.
Eres mi pluma, mi testigo, mi delito,
hermoso es tu sentir, perfecta tu envoltura.
Eres el tapiz nocturno de la Luna,
la cascara del cielo está en tus labios.
El refugio del molde de las dunas,
eso eres, en mis dedos extraños.
Somos un cuerpo con dos pieles.
Tu contorno fue hecho con mi boca,
tu color pintado con mis pinceles,
tus huesos fueron hechos de mi roca.
Soy la elegancia en tu pelo,
el prendedor que llevas siempre,
soy tu deseo, tristeza y anhelo,
soy tu memoria de noviembre.
Soy tu pasado y tu presente,
soy tu futuro y tu codicia,
el brillo de tus ojos, tu amante ausente,
el único mortal que dios envidia.
© Ulises Casal
lunes, 9 de julio de 2012
En coma
(Algo se quema por dentro,
huele a sentimiento, azufre y nada)
Confieso que no soy fuerte,
que a veces me detesto, que tengo temores
y sin embargo soy valiente,
confieso que ahora soy carne quemada,
que ahora soy un indulgente
que mi cuerpo es un hospital,
y que mis manos enferman de extrañar
y que mis ojos son seres ahogados en si mismos;
en mi monstruosidad,
y que mi boca muere de sed
y que mi espalda sufre de caricias.
Hay en terapia intensiva un alma desconsolada,
un alma atropellada por mi cobardía,
un alma desconsolada que nadie va a visitar.
Mi cuerpo es una cárcel de agonía
porque tal vez muera de dramático.
Los resultados de los rayos X
me dicen que me falta una Luna,
que me falta su luz,
que me falta gran parte de mí,
que tal vez mañana aparezca
y me dé un propósito que cure este cáncer con mi nombre.
Necesito un trasplante de alma
un alma que sienta y no lastime,
con la temperatura media y sangre tipo hombre,
un alma que no sea imbécil
que mantenga cálido al corazón.
Se me esta acabando el tiempo,
¿dónde está la cura?
¿que voy a hacer sin mí?
¿dónde está el cadáver?
Que me maten...
que la muerte cerebral me acompañe
como ángel de la guarda,
solo quiero hacer salir del coma
a este corazón que siento que me estalla.
© Ulises Casal
huele a sentimiento, azufre y nada)
Confieso que no soy fuerte,
que a veces me detesto, que tengo temores
y sin embargo soy valiente,
confieso que ahora soy carne quemada,
que ahora soy un indulgente
que mi cuerpo es un hospital,
y que mis manos enferman de extrañar
y que mis ojos son seres ahogados en si mismos;
en mi monstruosidad,
y que mi boca muere de sed
y que mi espalda sufre de caricias.
Hay en terapia intensiva un alma desconsolada,
un alma atropellada por mi cobardía,
un alma desconsolada que nadie va a visitar.
Mi cuerpo es una cárcel de agonía
porque tal vez muera de dramático.
Los resultados de los rayos X
me dicen que me falta una Luna,
que me falta su luz,
que me falta gran parte de mí,
que tal vez mañana aparezca
y me dé un propósito que cure este cáncer con mi nombre.
Necesito un trasplante de alma
un alma que sienta y no lastime,
con la temperatura media y sangre tipo hombre,
un alma que no sea imbécil
que mantenga cálido al corazón.
Se me esta acabando el tiempo,
¿dónde está la cura?
¿que voy a hacer sin mí?
¿dónde está el cadáver?
Que me maten...
que la muerte cerebral me acompañe
como ángel de la guarda,
solo quiero hacer salir del coma
a este corazón que siento que me estalla.
© Ulises Casal
Un delirio
No caigamos de nuestro cielo,
ni de mis pasos ni de tu vuelo...
Retén mi saliva a tu deriva,
vístete de mí,
para mí, para nosotros,
los adictos de ambos,
los ambiciosos de los dos...
Ya nuestras bocas no paran de sentirse,
deja que creen besos a su antojo;
estas bocas insaciables
de fuego espiritual:
tu boca que nace poemas,
mi boca que las escribe,
la boca que te regalo
cuando tú ya la has tomado por asalto
en mis silencios enamorados,
la boca que mía ya tuya se queda para crearnos a ambos.
Quédate conmigo para no destruir el mundo,
el que cabe en las sabanas cuando lo ignoramos...
© Ulises Casal
ni de mis pasos ni de tu vuelo...
Retén mi saliva a tu deriva,
vístete de mí,
para mí, para nosotros,
los adictos de ambos,
los ambiciosos de los dos...
Ya nuestras bocas no paran de sentirse,
deja que creen besos a su antojo;
estas bocas insaciables
de fuego espiritual:
tu boca que nace poemas,
mi boca que las escribe,
la boca que te regalo
cuando tú ya la has tomado por asalto
en mis silencios enamorados,
la boca que mía ya tuya se queda para crearnos a ambos.
Quédate conmigo para no destruir el mundo,
el que cabe en las sabanas cuando lo ignoramos...
© Ulises Casal
Deshoras
Se quedo la lengua en casa,
colgada del cielo como un foco apagado.
La inquietud ya me parece una virtud
echa a la medida de la desolación,
yo sé que no extraño a solas
aunque en la habitación solo se escuche mi voz.
A estas horas yo estaría en sus brazos
aferrado a tu paladar, tratando de llenarnos de ámbar
o del dulce membrillo que empalaga a los envidiosos.
A estas horas estaría haciendo castillos con su arena,
recogiendo las conchas de su piel abierta,
ahogándome en el mar de su contemplación,
estaría sorprendiéndome
del parecido de sus lunares con las estrellas,
estaría nadando por su sangre caliente
deleitándome con su misteriosa voz
o simplemente estaría desapareciendo el mundo
con la neblina de nuestros cuerpos al hacer el amor.
A estas horas el cielo se reduciría a nosotros
a las incontenibles ansías de tragarnos,
seríamos el horizonte que une el cielo y el mar,
la suerte de la opresión,
el infinito desbordado por los labios
el diluvio de los sentimientos sonrojados,
la gigantesca patria de la pasión,
en minutos como estos,
seríamos la isla dentro de la isla;
mientras tanto... soy un viajero
que espera la conquista
a la misma hora en que no debiera.
© Ulises Casal
colgada del cielo como un foco apagado.
La inquietud ya me parece una virtud
echa a la medida de la desolación,
yo sé que no extraño a solas
aunque en la habitación solo se escuche mi voz.
A estas horas yo estaría en sus brazos
aferrado a tu paladar, tratando de llenarnos de ámbar
o del dulce membrillo que empalaga a los envidiosos.
A estas horas estaría haciendo castillos con su arena,
recogiendo las conchas de su piel abierta,
ahogándome en el mar de su contemplación,
estaría sorprendiéndome
del parecido de sus lunares con las estrellas,
estaría nadando por su sangre caliente
deleitándome con su misteriosa voz
o simplemente estaría desapareciendo el mundo
con la neblina de nuestros cuerpos al hacer el amor.
A estas horas el cielo se reduciría a nosotros
a las incontenibles ansías de tragarnos,
seríamos el horizonte que une el cielo y el mar,
la suerte de la opresión,
el infinito desbordado por los labios
el diluvio de los sentimientos sonrojados,
la gigantesca patria de la pasión,
en minutos como estos,
seríamos la isla dentro de la isla;
mientras tanto... soy un viajero
que espera la conquista
a la misma hora en que no debiera.
© Ulises Casal
miércoles, 4 de julio de 2012
Adivinanza
Gota de marfil en el mar estrellado;
esfera plateada en mantel de niebla;
lágrima de cisne transparente enjaulado,
perla que luce cuando el océano tiembla.
Luminaria de un zodiaco indiferente,
tan inmenso que cabe en una burbuja
protectora de la paz siempre ausente
como Orión tan pequeño en el ojo de una aguja.
Cupido de capa oscura y tacto nervioso,
a veces el alma cura cuando desliza
su flecha de luz de su suelo poroso
dibujando en piel mulata una sonrisa.
Moneda de acero de una sola cara
misteriosa como aurora en zona siniestra,
viajera del mundo tan enamorada
de un casi eterno rubio de luz maestra.
Mágica como incienso o evangelio desconocido
es la dama de la noche que moldea las dunas;
del valiente caballero el deseo jamás cumplido,
capaz de alzar el mar como ninguna;
el diamante de la reina; el tesoro no escondido;
es la mujer mas bella, es la Lu...
© Ulises Casal
esfera plateada en mantel de niebla;
lágrima de cisne transparente enjaulado,
perla que luce cuando el océano tiembla.
Luminaria de un zodiaco indiferente,
tan inmenso que cabe en una burbuja
protectora de la paz siempre ausente
como Orión tan pequeño en el ojo de una aguja.
Cupido de capa oscura y tacto nervioso,
a veces el alma cura cuando desliza
su flecha de luz de su suelo poroso
dibujando en piel mulata una sonrisa.
Moneda de acero de una sola cara
misteriosa como aurora en zona siniestra,
viajera del mundo tan enamorada
de un casi eterno rubio de luz maestra.
Mágica como incienso o evangelio desconocido
es la dama de la noche que moldea las dunas;
del valiente caballero el deseo jamás cumplido,
capaz de alzar el mar como ninguna;
el diamante de la reina; el tesoro no escondido;
es la mujer mas bella, es la Lu...
© Ulises Casal
Cuídate de mí
Cuídate de mí,
por que ya sea en mis ojos o en mi voz
se te puede escapar el pensamiento,
dentro de una alcoba para dos
en un momento que se lleva el viento.
Cuida tus pasos,
porque tras mis huellas hay un respiro
y delante de ellas una pisada hundida
y sobre esa un corazón y un suspiro
y entre respiro y suspiro, yo como hoja perdida.
Cuida tu almohada,
porque tal vez en ella deje parte de mi pecho
e imagines en él tu rostro dormido
y al despertar olvides mirar el negro techo
por buscar en la almohada a quien no está contigo.
Cuida tu espejo,
porque tal vez en tu imagen veas la mía
y me hables y grites y no te conteste,
y gotee sobre tu mejilla la melancolía
en una tiesa lágrima cuando pase por tu mente.
Cuida tu voz,
porque tal vez repitas tus palabras
a cada hombre que a tu puerta toca,
esperando que yo aparezca cuando la abras
y la cierre para beber de tu boca.
Cuida tus sueños,
porque en ellos puedo estar aunque no quieras,
tal vez en un abrazo o en la sencillez de un beso,
o en una postal que no logrará ser verdad,
porque nunca será en vano un tierno rezo
que busca que el sueño se haga realidad.
© Ulises Casal
por que ya sea en mis ojos o en mi voz
se te puede escapar el pensamiento,
dentro de una alcoba para dos
en un momento que se lleva el viento.
Cuida tus pasos,
porque tras mis huellas hay un respiro
y delante de ellas una pisada hundida
y sobre esa un corazón y un suspiro
y entre respiro y suspiro, yo como hoja perdida.
Cuida tu almohada,
porque tal vez en ella deje parte de mi pecho
e imagines en él tu rostro dormido
y al despertar olvides mirar el negro techo
por buscar en la almohada a quien no está contigo.
Cuida tu espejo,
porque tal vez en tu imagen veas la mía
y me hables y grites y no te conteste,
y gotee sobre tu mejilla la melancolía
en una tiesa lágrima cuando pase por tu mente.
Cuida tu voz,
porque tal vez repitas tus palabras
a cada hombre que a tu puerta toca,
esperando que yo aparezca cuando la abras
y la cierre para beber de tu boca.
Cuida tus sueños,
porque en ellos puedo estar aunque no quieras,
tal vez en un abrazo o en la sencillez de un beso,
o en una postal que no logrará ser verdad,
porque nunca será en vano un tierno rezo
que busca que el sueño se haga realidad.
© Ulises Casal
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