Luna morbida

Luna morbida

lunes, 24 de septiembre de 2012

La función

Se abre el telón
y todo lo furtivo se encandila en la ciencia rosada,
mi alma corre a buscar tu paradero,
tu presencia imperante y tus ojos color galaxia.

Es tu sonrisa la que me transforma
en un globo aerodinámico,
y tus matices, 
esos detallados movimientos de tango
han tomado por asalto tu cuerpo
que se avivan a mi mirar.

No quiero perder tiempo sin ti.
Trágame con un beso esquizofrénico,
y hazme tuyo de un vistazo,
necesito verte volar,
tomarte el rostro con la avidez 
con la que se puede sostener la electricidad,
déjame sentir con mis mejillas
esas manchas fresa de las tuyas,
atragantarme de tus labios
dejarlos ser serpientes,
dejarlos inyectarnos el veneno más dulce,
el veneno de la vida.

Permíteme tocar tu cuello,
solo un momento tocarlo,
dejar llover mis dedos sobre él.
Que mi tarantula palma presione 
con la ternura de mis ojos conmovidos
tus hombros de duna movida por la Luna.

Son tu manos es oasis de este peregrino.
Y luego dejarlas evaporar lentamente,
que el respiro de mi tacto suba
por tu poderosa tez.

Déjame enjaularme en tus entrañas,
que sean tus suaves pechos
las islas en que quiera naufragar.
Y ser después el ciempiés que escale tu vertebra
y deje caer mi dedo indice como gota de miel,
y que me permitas rodearte como anillo Saturno,
y hacerme sentir que tu ombligo
el centro de los cielos.

Tan pura y cristalina
beberte con las yemas tus oceánicas caderas,
para debatirme en la premura de la utopía
de tu pubis escapulario,
detenerme a saber que existo,
desprenderme de mi mismo 
hacerme lazo ya amarrarme
fuertemente un brazo en tu pierna,
diluirme en tus rodillas
y acompañar tus muslos con mis brazos.

En el suelo estoy,
preparando la embestida.
te reemplazo los tobillos por espejos
y te dejo ir al infinito 
con tus alas de horizonte.

Te dejo volar hasta tus sin límites
y yo te sigo,
me dejo llevar por tu magnetismo,
por tu milagroso existir,
juntos, pegaditos, hasta el alem.

Se cierra el telón,
buenas noches,
mañana hay otra función.

    © Ulises Casal


Decadente

Así esta la noche: tibia (ni de aquí ni de allá).

El rescoldo de un cigarro 
se convierte en una membrana,
en un parásito cauto que saca de la mollera
un péndulo sonrojado por las tinieblas.

Mi columna vertebral fue un termómetro indeciso
y a vees me flta lguna letr ...
y es la sintaxis un verdadero problema de entendimiento.

La serpiente zigzaguea en mi vientre
y mi cuerpo es dócil a la tortura,
una ligera capa de cristal 
en el que hago figuritas tristes,
empañándome de vaho nítido,
vapor de la conciencia 
la enigmática.

De pronto cuando estiro mis brazos
ya es primavera,
y todo crece con un hermoso jardín
me crece el corazón
y lo escucho rechinar,
y rechina un árbol que nace espontáneo,
y un beso salvaje me sorprende...

... como una llama en la punta de la montaña.

Hace falta ser más que hombre,
un tubérculo o una servilleta pienso,
un elixir de paciencia que nos haga invencibles.

Por alguna parte de mí se escuchan caer
gotitas de litio que duelen.
La piel tiene heridas de extrañar,
tengo hambre y me sobra sombra,
me falta piso o pies,
caigo, sigo cayendo,
la tierra me absorbe a su alma
mientras la mía
sin opción
vuela
como un fantasma
hacia el infinito mirar de la Luna.

         © Ulises Casal



domingo, 23 de septiembre de 2012

Emunah

Es hora de despertar, 
con un codo raspado por la caída de un sueño,
a veces no se puede hacer nada más
que esclavo de tus propias miserias
a veces no se puede s...

Y tan en cambio, 
el movimiento de una hoja de papel,
el zumbido de una felonía
o la transgresión de un verso 
cultivado en la tierra profana de la rabia,
se recogen uno a uno
como flores uniformadas para un ramo,
como rayas de una corbata
que lleva el perfume de una mujer:
la mujer.

Cierro los ojos para ver mi propia tortura,
la decadencia de un respiro
desorbitado, desencajado, tenue
el aire de un respiro sin atmósfera.

Me gustan las cosquillas cuando me las haces tú.

Es de noche y la angustia se bebe de un sorbo
un martini de durazno,
mientras el rubor de tus mejillas
le da una bofetada a la consciencia,
y es la sangre un arma cristalina
y la costra de la piel es otra piel olvidada,
la que no funciona,
la que no funciona,
la que no sirve como no sirven los huesos de las frutas,
los huesos que dan más frutos, a veces no sirven,
y a veces no sirve la voz para describir un sentimiento
a veces no sirve para nada la voz
y piensas que da igual que un caníbal te saque la lengua
con su propia boca;
y así las cosas que no sirven se acumulan en un cuarto viejo
sin paredes, sin cobijo, sin nada,
y somos fantasmas de ternura y lástima
los que nos defendemos de la realidad
la distorsionada y perra realidad.

Y a veces cuando se llora y se extraña
cae en la primer gota la migraña, como verso triste.
y a veces cuando se llora y te duele
somos tan expresivos como un mimo, turbios,
y a veces cuando se llora y se sufre
es la lejanía y el silencio la paz y la muerte.

Los perros ladran al espejo y no saben porque;
(la nada se mueve dentro de mis ojos cerrados
y me hace vomitar)
amanece más temprano,
y sigo extrañando la vida 
la que no estaba vacía
y me despedazo en la trinchera del absurdo,
y me escupo un pensamiento sincero
y te extraño, por todos los dioses que te extraño.

Luego te escucho decir mi nombre
y resisto, hay una razón...

     © Ulises Casal



jueves, 20 de septiembre de 2012

Unos

Un tigre enjaulado en una mirada,
una ventana, un gesto,
un coraje, un cielo blando, 
una luna colgada al cuello,
un nice to meet you falso
un quizás, un pronto,
un abrazo, una fotografía en decadencia.
Un olfato, un sueño, un sonrojo,
un puchero, un intento,
un delirio (el mismo), un fanático, 
una hora, un sollozo, una caricia, 
una pausa, una idea, una entrada,
un corazón, un destierro, un fantasma.

Una lágrima, una pluma, una flor amarilla,
un paso, un botón, un esperma, un saludo,
un discurso, un engaño, una frase, un regalo,
una canción, una araña, un rencor,
un cobarde, una locura, un instante, 
un ayer, un puño, un silencio,
una fotografía, un absurdo, una cuchara,
un hasta mañana, una gota, una nube,
un grito, un secreto, una puerta, 
una almohada, un perro, 
un berrinche, un porque, una muerte,
un si quiero, un anciano enamorado,
un artista, una voz estúpida, 
un labio, una cobija, un deseo,
un producto, un viajero, una Luna (solo una),
un espacio, una célula, un pan,
un milagro, una tierra, un aplauso,
una compañía, un diluvio, un náufrago,
un mago, un lobo triste, un cobarde,
un perfil, un peón, un balón, 
un tesoro, una broma,
un orgasmo, un horizonte... un te amo...

... unos de los inicios de un día.

         © Ulises Casal



lunes, 17 de septiembre de 2012

Cuando tu no estás

Una mujer habla dentro de mí
su voz me recorre de oído a oído
como un péndulo .

Sabe a tu nombre su sonrisa.
Cuando no estas, aparece,
a veces detrás de mí, como una sombra
pero no es sombra,
a veces aquí en la parte de mi pecho 
que ya conoces tibia,
y es un eco la leve duda
que se viste de gala y de ti 
y me dibuja tu rostro en la cabeza,
como una fecha de caducidad
hasta que llegas
nuevamente, altiva,
con tu manada de belleza
que deja pedacitos de dulzura a la nada
como luciérnagas fantasmas de tus dientes.

En camino a algún lugar,
la mujer se me aparece
con una sonrisa acurrucada en la boca,
de pie con un vestido negro irresistible,
de mágica sombra que me seduce
apenas levanto la mirada
viéndola venir por el pasillo,
o los pasillos, o las camas, o los tocadores,
o los espejos de los tocadores, 
o las camas, o los silencios,
o por el piso, ya sin vestido.

Luego cuando de paso estoy por la Luna,
a cada paso vibra un trozo de tu vocesita
turbia como anzuelo, como frenesí que me disuelve,
que me ciela, como te cielo;
cuando paso por la Luna
cada paso te deja una huella en el rostro
y me gusta visitar tus lunares,
sentarme en el pómulo derecho a ver tus pestañas
y esa galaxia que tienes en la pupila
y esa pupila que tienes en la voz 
de esa mujer que se me aparece cuando tu no estas.

Incluso, cuando leo el periódico,
leo los artículos y las notas y los foto reportajes,
con esa voz que tapizada de tu color,
y pasó del día de la Luna
a los deportes, y a la información del sector salud,
y la cultura
y la leo con tu voz
o con tu sonrisa
o la de la loca mujer que no escapa de mí.

Vaya mujer estampa,
mujer maga que hace aparecer fotografías 
en la mirada como un álbum de nuestra historia,
y me hace ver el resto del mundo más hermoso
cuando tu no estas,
que cabe en un parpadeo
que se respira
que se absorbe
que se sonríe para sí misma por medio de mí
y me llena de calidez en el centro de mi universo pecho;
vaya mujer transgresora, que secuestra tu imagen 
y me hace extrañarte con la lucidez exquisita
cuando tu no estas,
vaya mujer 
con olor tan tuyo, (inodora)
con sabor a ti, (insípida)
con tu imagen, (incolora, invisible).

Vaya mujer
tan tú ausente, tan reluciente,
tan tú, 
que cuando sí estas
se vuelve tu carne
y se teje con los hilos de tu piel
una apariencia como la tuya
que jamás podrá compararse
con tu presencia.

    © Ulises Casal



Utopía

Es de suelo el pan que comen los esclavos,
tigres que cierran sus ojos decadentes
para soñar con oasis de ternura,
enfermo citadino, huele la palma de mi mano
y come un beso tatuado con lápiz labial.

Se nos acaba el tiempo, tiembla la furia,
resucitan los océanos de imaginación 
al tercer día de un ocaso psicodélico,
donde un sol meditabundo 
amanece a 90 grados y apenas se siente calor;
¡que la fortuna nos salve de la paciencia!
la transparencia se esta cuarteando:
y nacen arboles de cuarteaduras
(y nacen caminos cuarteados,
y nacen truenos en un cristal)
Venus se asoma al vientre de Zeus
y arroja una bocanada de suave terror
que se disuelve en caricias que carecen de carne.

Yo me ofrezco a ser altar,
divina imagen de bastardo iluminada de sangre,
sangre derramada pura y eterna
hecha para cometer los mejores pecados.

Hoy brillan las estrellas como luces de barcos
que no tienen destino,
y la Luna es un faro que se enciende 
a la orilla del horizonte donde esta la utopía
descalza y con tiempo tiempo de zozobra;
mientras tanto, en la otra dimensión
en la parte negativa del suelo,
hay millones de gente que sonríe
y su cabeza se hace humo
y vuelan como imaginantes,
reemplazan deseos por voluntades
y por las noches,
lejos de sentir frío o calor,
sueñan... tienen pesadillas...
tienen la utopía 
de sentirse ilusionados.

     © Ulises Casal



lunes, 10 de septiembre de 2012

Bienvenida

Y a veces cuando la calma es mucha
la impaciencia es el mejor presagio,
después de la espera el momento mágico se abre
como un capullo de luciérnaga,
y salen manos de la tierra para recibirte,
para acariciar tus pies a tu paso,
y le salen ojos a las paredes
y a la escaramuza del viento maltratado,
y hasta los caminos tristes te reciben
con la más sutil sonrisa de la codorniz,
el cielo se alza al infinito
para dar paso a la luz imperial,
la luz de un gesto encarnado en sonrisa,
esa mueca deliciosa de tu cara
que escondida parecía alejarse de este mar
y caía despacio al horizonte
como una carabela que se aventura
a ver si la tierra es cuadrada.

A tu vuelta soy peligro,
cáliz de la sangre derramada
aurora del silencio,
victima de la tertulia que te extraña.
A tu vuelta te espero en tu casa
cálido rincón que palpita en mi pecho
por el que siento que se mueve el mundo
y se desdibuja si tú lo pides
y se ilumina si tú sonríes,
porque yo estoy hecho de tu barro,
de tus entrañas que vibran exquisitamente.

Aúllo, me extasío, me sonrojo, me disperso,
me revuelco, vuelo, te recibo,
en la entrada del desierto
con el último vaso de agua
para aliviar tu regreso.

Bienvenida a este océano
que te recibe como mereces:
abriéndose a tu impetuoso paso.

     © Ulises Casal