Luna morbida

Luna morbida

lunes, 10 de septiembre de 2012

Bienvenida

Y a veces cuando la calma es mucha
la impaciencia es el mejor presagio,
después de la espera el momento mágico se abre
como un capullo de luciérnaga,
y salen manos de la tierra para recibirte,
para acariciar tus pies a tu paso,
y le salen ojos a las paredes
y a la escaramuza del viento maltratado,
y hasta los caminos tristes te reciben
con la más sutil sonrisa de la codorniz,
el cielo se alza al infinito
para dar paso a la luz imperial,
la luz de un gesto encarnado en sonrisa,
esa mueca deliciosa de tu cara
que escondida parecía alejarse de este mar
y caía despacio al horizonte
como una carabela que se aventura
a ver si la tierra es cuadrada.

A tu vuelta soy peligro,
cáliz de la sangre derramada
aurora del silencio,
victima de la tertulia que te extraña.
A tu vuelta te espero en tu casa
cálido rincón que palpita en mi pecho
por el que siento que se mueve el mundo
y se desdibuja si tú lo pides
y se ilumina si tú sonríes,
porque yo estoy hecho de tu barro,
de tus entrañas que vibran exquisitamente.

Aúllo, me extasío, me sonrojo, me disperso,
me revuelco, vuelo, te recibo,
en la entrada del desierto
con el último vaso de agua
para aliviar tu regreso.

Bienvenida a este océano
que te recibe como mereces:
abriéndose a tu impetuoso paso.

     © Ulises Casal



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