Luna morbida

Luna morbida

lunes, 24 de septiembre de 2012

Decadente

Así esta la noche: tibia (ni de aquí ni de allá).

El rescoldo de un cigarro 
se convierte en una membrana,
en un parásito cauto que saca de la mollera
un péndulo sonrojado por las tinieblas.

Mi columna vertebral fue un termómetro indeciso
y a vees me flta lguna letr ...
y es la sintaxis un verdadero problema de entendimiento.

La serpiente zigzaguea en mi vientre
y mi cuerpo es dócil a la tortura,
una ligera capa de cristal 
en el que hago figuritas tristes,
empañándome de vaho nítido,
vapor de la conciencia 
la enigmática.

De pronto cuando estiro mis brazos
ya es primavera,
y todo crece con un hermoso jardín
me crece el corazón
y lo escucho rechinar,
y rechina un árbol que nace espontáneo,
y un beso salvaje me sorprende...

... como una llama en la punta de la montaña.

Hace falta ser más que hombre,
un tubérculo o una servilleta pienso,
un elixir de paciencia que nos haga invencibles.

Por alguna parte de mí se escuchan caer
gotitas de litio que duelen.
La piel tiene heridas de extrañar,
tengo hambre y me sobra sombra,
me falta piso o pies,
caigo, sigo cayendo,
la tierra me absorbe a su alma
mientras la mía
sin opción
vuela
como un fantasma
hacia el infinito mirar de la Luna.

         © Ulises Casal



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