Luna morbida

Luna morbida

lunes, 22 de octubre de 2012

Me gusta tu sonrisa

He dejado caer lágrimas por mi rostro,
gotas que humedecen la piel de la mejilla
mientras de a poco algo se seca por dentro.

A veces la angustia ha teñido
de incomprensible ceguera mi camino
y encerrado en mi mismo me maldije.

Pero se desvanece la tristeza
convirtiéndose en ceniza
al simple tacto de la luz
de tu sonrisa.

A veces sin sendero ando a pie
quemándome  en el suelo en el que vivo
desilusionado de mi ángel de la guarda.

He encontrado en el sendero
inútiles recuerdos que hacen de mi cuerpo
el desperdicio de los días.

Pero se desvanece la tristeza
convirtiéndose en ceniza
al simple tacto de la luz
de tu sonrisa.

De mis ojos brotan diario
lagañas como muros demenciales
que han impedido verme tal cual soy.

De mi desértica espalda
se levanta una infame muralla
construida en la primavera de mi vida.

Pero se desvanece la tristeza
convirtiéndose en ceniza
al simple tacto de la luz
de tu sonrisa.

A veces mi voz es tan despiadada 
que pienso que ser mudo
no es mala idea.

Soy una escultura devastada 
de la figura humana,
tenue a la mirada de la estética.

Pero se desvanece la tristeza
convirtiéndose en ceniza
al simple tacto de la luz
de tu sonrisa.

Vacilo con el diablo,
corto gargantas vírgenes
la tierra es el limbo de los poetas.

Juegan cartas con la vida,
le aposté mi corazón,
y me dejó tu beso suave.

Pero se desvanece la tristeza
convirtiéndose en ceniza
al simple tacto de la luz
de tu sonrisa.

Es tu paladar amor mío,
un verso encapsulado en miel,
y es tu piel mi alcoba y cocina.

Hay en mi mejilla una cicatriz
de hueca felonía, triste sentir,
vuelta de hoja, a la voz, tu melodía.

Mi gobierno está en tu boca,
el imperio de mis pasos
la fortuna de mis labios
dulce fiebre me provoca.

    © Ulises Casal



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